Controlador de procesos: N1050 cumple forma y función
Cuando se trata de controladores de procesos, entran en juego la ingeniería y la funcionalidad. El tamaño y el diseño representarían la parte de la forma. ¿Pero eso es todo?
Cuando se consideran los accesorios de un producto que deben resultar atractivos para el cliente final, ¿qué porcentaje del proceso de toma de decisiones corresponde al aspecto visual?
La respuesta no es tan sencilla por una razón principal: el proceso de toma de decisiones de una compra no es rastreable y, en consecuencia, no se puede medir. Una elección es un conjunto de acciones en las que intervienen los sistemas cognitivos consciente y subconsciente. Aunque es posible dirigir el proceso de toma de decisiones de una persona, no es posible controlarlo por completo.
Por lo tanto, lo básico es cumplir las expectativas funcionales, pero es posible añadir valor a un producto a través de funciones que actúen sobre procesos cognitivos que ocurren sin que el cliente lo perciba.
Controlador con pantalla LCD: Aspecto moderno
La tecnología de pantallas LCD no es nueva. En los años 80, NOVUS ya disponía de , nuestro primer data logger. Sin embargo, este tipo de pantalla ha evolucionado y se ha vuelto más adaptable a distintos dispositivos. Hoy en día, la tecnología LCD permite modernizar la interfaz directa de usuario de productos ya consolidados en el mercado, como los controladores de procesos.
La pantalla LCD del es la primera característica visible de este dispositivo compacto. Completo en sus funcionalidades, dispone de funciones PID, rampas y mesetas, temporizador, salida analógica, ajuste automático y además es fácil de programar. Sin embargo, nada de esto es evidentemente visible para el usuario final, que tendrá el controlador en su campo de visión casi todos los días.
Controlador que supera sus funciones
La vista es un sentido. No es simplemente una ventana a través de la cual observamos el mundo. Los colores y las formas también provocan sensaciones corporales y respuestas sensoriales, aunque de una manera mucho más sutil que la que se experimenta con el gusto o el olfato.
En un ejercicio de comparación, supongamos dos coches, uno de la marca Volkswagen y otro Lamborghini. Esta evaluación sólo considera la forma de los coches, sin estudiar su ingeniería.
Suponiendo que ambos se fabricaron en el mismo año, ¿cuál de los coches imaginados le parece más moderno, más potente y de mayor valor? Ahora supongamos que ambos tienen el mismo motor y se venden al mismo precio. Resulta fácil elegir, ¿verdad?
Aunque la función es el principal requisito para optar por un coche o un aparato electrónico, la forma es capaz de comunicar valor e incluso eficacia. Y ser visualmente atractivo es sólo un atractivo más del controlador N1050.